La seguridad cuántica en el escenario global: Uruguay y más allá

Introducción 

En nuestro artículo anterior, Preparing for the Quantum Secure Future: The Time Is Now, exploramos por qué la era cuántica representa tanto una oportunidad transformadora como un reto urgente en materia de ciberseguridad. El mensaje era claro: las organizaciones y los gobiernos no pueden esperar a que lleguen los ordenadores cuánticos criptográficamente relevantes. El momento de actuar es ahora. 

Desde entonces, la atención se ha dirigido cada vez más a cómo los países están incorporando la seguridad cuántica en sus estrategias digitales y de ciberseguridad más amplias. Mientras que Europa y Norteamérica han lanzado ambiciosas iniciativas para acelerar la transición hacia dispositivos resistentes a lo cuántico, en América Latina se está produciendo un desarrollo más discreto, pero igualmente significativo. Uruguay ha dado un paso importante con su Estrategia Nacional de Ciberseguridad 2024–2030, una de las primeras en la región en reconocer explícitamente los riesgos que plantean las tecnologías cuánticas y en trazar un camino hacia la resiliencia. 

Esto es más que un hito regional. Señala un cambio global más amplio: la seguridad cuántica ya no es patrimonio exclusivo de los laboratorios de investigación y las comunidades técnicas. Está entrando en las políticas nacionales, las agendas de transformación digital y los marcos de cooperación internacional. Si observamos el enfoque de Uruguay junto con los desarrollos en Europa, Norteamérica y Asia, podemos ver cómo se está generando impulso y por qué es esencial acelerarlo. 

 

Uruguay: tomando la delantera en América Latina 

En diciembre de 2023, Uruguay adoptó su Estrategia Nacional de Ciberseguridad 2024–2030, convirtiéndose en uno de los primeros países de América Latina en abordar explícitamente los riesgos de las tecnologías cuánticas. Lejos de ser una mera mención pasajera, la estrategia establece medidas concretas que incorporan la resiliencia cuántica en el núcleo de la política digital nacional. 

Un elemento central es la protección de las infraestructuras críticas de información. El gobierno reconoce que estos sistemas serán de los primeros en sentir el impacto cuando los ordenadores cuánticos capaces de romper la encriptación actual estén disponibles. Para anticiparse a esa amenaza, Uruguay ha incluido la transición hacia la criptografía post-cuántica como parte de su hoja de ruta nacional de ciberseguridad 2024–2030. Esta transición se apoya en capacidades reforzadas de monitorización y detección, equipos especializados en ciberseguridad y la previsión de fondos de contingencia, con el objetivo de garantizar que existan recursos disponibles ante riesgos sistémicos.   

Quizá el paso más ambicioso sea la decisión de diseñar una infraestructura nacional de clave pública (PKI) resistente a lo cuántico. A diferencia de los sistemas existentes, esta PKI de nueva generación se construirá desde el inicio sobre algoritmos post-cuánticos, alineada con los estándares internacionales y desarrollada en colaboración con el sector privado. Con ello, Uruguay muestra su intención de proteger la integridad de la identidad digital, la autenticación y la comunicación segura a largo plazo. 

La estrategia también subraya la importancia de las tecnologías emergentes más allá de la criptografía. La inteligencia artificial y la propia computación cuántica se enmarcan como parte de la solución, fomentando la investigación y la innovación mediante una estrecha cooperación entre gobierno, academia e industria. Esto posiciona a Uruguay no solo como consumidor de tecnologías globales, sino como participante activo en su desarrollo. 

Para garantizar resultados, la estrategia establece un plan nacional de acción con responsabilidades claras, hitos e indicadores clave de rendimiento. Los avances se evaluarán a través de una herramienta pública de seguimiento, ofreciendo transparencia y rendición de cuentas. La dimensión internacional también está incorporada, ya que Uruguay se compromete a avanzar en la ciberseguridad y la resiliencia cuántica mediante cooperación bilateral y multilateral. 

En resumen, la estrategia uruguaya contempla tres compromisos particularmente destacables: 

  • Un plan nacional de transición hacia la criptografía post-cuántica en infraestructuras críticas. 
  • La creación de una PKI resistente a lo cuántico, construida conforme a estándares internacionales. 
  • Inversión en investigación e innovación en tecnologías emergentes, incluyendo IA y computación cuántica. 

Al integrar estas prioridades en su agenda de ciberseguridad más amplia, Uruguay se posiciona como pionero en la región. El mensaje es claro: para Uruguay, la amenaza cuántica no es una posibilidad lejana, sino un desafío inmediato que exige acción hoy. 

América Latina: construyendo impulso regional 

Aunque Uruguay ha dado el paso más claro hasta la fecha, otros países de la región empiezan a preparar el terreno. 

Brasil, por ejemplo, cuenta con una de las comunidades científicas más sólidas en investigación cuántica fuera de Europa y Norteamérica. Sus universidades y centros de investigación desarrollan activamente aplicaciones en criptografía y comunicaciones cuánticas. Aunque su estrategia nacional de ciberseguridad aún no menciona explícitamente las amenazas cuánticas, los cimientos están ahí. Si se vincula más directamente con la seguridad nacional y la política digital, la base científica de Brasil podría convertirse rápidamente en trampolín para un liderazgo regional. 

En el caso de Chile, un reciente informe de la Comisión Asesora de Tecnologías Cuánticas —Recomendaciones y desafíos para el fortalecimiento del ecosistema cuántico en Chile (2024)— plantea la necesidad de una estrategia nacional que articule investigación, infraestructura y colaboración público–privada. Entre sus propuestas destaca un plan de transición hacia tecnologías quantum-safe y la creación de capacidades locales en criptografía post-cuántica, lo que sitúa a Chile en una trayectoria clara hacia la integración de la seguridad cuántica en sus políticas digitales 

Argentina también están avanzando en la modernización de sus estrategias de ciberseguridad y marcos institucionales. Aunque todavía se encuentra en la etapa de fortalecimiento legal y organizativo, estas reformas crean las condiciones necesarias para introducir medidas post-cuánticas. Las instituciones académicas ya exploran aspectos de la ciencia de la información cuántica, lo que podría traducirse en prioridades políticas en los próximos años. 

Las organizaciones regionales, como la Organización de los Estados Americanos (OEA) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), desempeñan un papel clave en este panorama. Su apoyo de larga data a la creación de capacidades en ciberseguridad en la región aborda cada vez más cuestiones cuánticas, especialmente el desafío urgente de la “migración criptográfica”. A medida que estas organizaciones generan conciencia y brindan asistencia técnica, pueden acelerar la preparación post-cuántica más allá de los pioneros como Uruguay. 

En conclusión, América Latina está entrando en una fase preparatoria. Uruguay ha puesto la seguridad cuántica explícitamente en la agenda, y es probable que otros le sigan a medida que crece la conciencia y se profundiza la cooperación internacional. 

Europa: de la investigación a la regulación 

Europa se ha consolidado como líder en seguridad cuántica, combinando investigación a gran escala con compromisos regulatorios vinculantes. 

En el ámbito de la investigación, iniciativas como el Quantum Flagship (1.000 millones de euros) y la Infraestructura Europea de Comunicación Cuántica (EuroQCI) financian la innovación y el despliegue de redes seguras. Los gobiernos nacionales también son activos: Alemania invierte en PQC y comunicaciones, Francia ha incorporado la comunicación segura en su estrategia cuántica nacional y los Países Bajos están pilotando redes cuántico-seguras público–privadas. 

En el ámbito regulador, la UE ha pasado de la investigación a la acción obligatoria. En 2025 adoptó una hoja de ruta coordinada para la criptografía post-cuántica, que exige a los Estados miembros publicar planes de migración antes de 2026 y garantizar que las infraestructuras críticas operen con cifrado resistente a lo cuántico en 2030. 

De cara al futuro, se espera una Ley Cuántica” (2026) para regular las cadenas de suministro, proteger la investigación estratégica y atraer inversión privada. Alemania también está probando un QTF-Backbone dedicado a señales cuánticas seguras y sincronización temporal. 

El mensaje europeo es claro: la resiliencia cuántica es una cuestión de soberanía digital y seguridad nacional. 

 

Norteamérica: mandatos y planes de migración 

Norteamérica avanza rápidamente, con un fuerte enfoque en normas, mandatos federales y acción coordinada. 

En Estados Unidos, la seguridad cuántica ha llegado a lo más alto de la agenda política. Hitos recientes incluyen: 

  • Orden Ejecutiva 14144 (enero de 2025): obliga a que las agencias federales adopten sistemas preparados para PQC y reporten progresos con regularidad. 
  • Propuestas legislativas: la Ley de Estrategia Nacional de Migración en Ciberseguridad Cuántica formalizaría una hoja de ruta nacional. 

Estos esfuerzos complementan el trabajo de NIST sobre estándares de PQC y el conjunto CNSA 2.0 de la NSA, que ya guía los despliegues en sistemas de seguridad nacional. 

Canadá ha alineado su Estrategia Nacional Cuántica (2024) con su Estrategia Nacional de Ciberseguridad (2025). Juntas, priorizan: 

  • Hojas de ruta de migración para la informática gubernamental entre 2025 y 2035. 
  • Inversión en investigación de comunicaciones y criptografía cuánticas, apoyada por asociaciones academia–industria. 
  • Informes anuales para garantizar la rendición de cuentas. 

En conjunto, Estados Unidos y Canadá muestran cómo el PQC está pasando de la investigación a los estándares, y de los estándares a políticas gubernamentales ejecutables. 

Asia: misiones emergentes e implementación temprana 

Asia también se está adentrando en la seguridad cuántica, aunque con mayor énfasis en programas de investigación y misiones nacionales que en regulaciones vinculantes. 

China ha adoptado un enfoque dual, invirtiendo fuertemente en redes QKD nacionales mientras desarrolla estándares domésticos de PQC. Las tecnologías cuánticas están integradas en sus Planes Quinquenales, reflejando su estatus de prioridad estratégica nacional. 

India lanzó su Misión Nacional Cuántica (2023–2030/31), destinada a fortalecer capacidades en computación, comunicaciones y criptografía. Con la creación de polos y grupos técnicos dedicados a I+D cuántica, India se posiciona como potencia regional en este ámbito. 

Singapur es probablemente el más avanzado del sudeste asiático. Su Red Nacional Cuántico-Segura Plus (NQSN+), parte de su Plan de Conectividad Digital, está desplegando comunicaciones resistentes a lo cuántico a nivel nacional. Además, participa activamente en la fijación de estándares internacionales a través de la UIT, garantizando que sus iniciativas domésticas estén alineadas con las prácticas globales. 

Vietnam ha creado una Red Nacional de Tecnología Cuántica, mientras que otros países de la ASEAN, como Malasia, Tailandia e Indonesia, están desarrollando programas piloto y asociaciones público–privadas de investigación. Aunque estas iniciativas aún están en fases iniciales, muestran una creciente conciencia sobre la necesidad de seguridad cuántica. 

Aunque los proyectos asiáticos varían en madurez, la región está invirtiendo con fuerza y colaborando transnacionalmente. A medida que evolucionen, es probable que aceleren rápidamente, remodelando el equilibrio global en el desarrollo y despliegue de tecnologías cuánticas. 

Construyendo impulso global 

El panorama global revela una asimetría notable: 

  • Europa y Norteamérica ya están operativizando iniciativas cuántico-seguras. 
  • América Latina, liderada por Uruguay, empieza a integrar la seguridad cuántica en sus estrategias digitales. 
  • Asia está poniendo los cimientos mediante misiones, investigación y despliegues tempranos. 

Lo que une a estas regiones es el reconocimiento de que la amenaza cuántica es real. La frase “cosecha ahora, descifra después” sigue siendo un recordatorio poderoso: los datos robados hoy podrían descifrarse mañana. El liderazgo de Uruguay en América Latina debería servir tanto de ejemplo como de llamada a la acción. Si una de las naciones más pequeñas de la región puede incorporar la planificación post-cuántica en su hoja de ruta de ciberseguridad, las economías más grandes no deberían quedarse atrás. 

Conclusión: el momento de actuar 

La seguridad cuántica ya no es un concepto futurista. Es una cuestión de estrategia nacional. La Estrategia Nacional de Ciberseguridad 2024–2030 de Uruguay demuestra que incluso países pequeños pueden liderar con el ejemplo, preparándose explícitamente para la criptografía post-cuántica y las infraestructuras resistentes a lo cuántico. 

Otros países, especialmente en América Latina, deberían tomar nota. La UE y Norteamérica avanzan con decisión, mientras Asia se moviliza con ambiciosas misiones nacionales. Para seguir siendo seguros y competitivos, todos los países deben comenzar a planificar su transición post-cuántica. 

Para las organizaciones, esto implica realizar evaluaciones de riesgo cuántico, construir inventarios criptográficos y garantizar la cripto-agilidad. Para los gobiernos, significa integrar la seguridad cuántica en estrategias, regulaciones y políticas digitales. Para los profesionales, supone adquirir los conocimientos y habilidades necesarios para liderar la transición. 

En QURECA, creemos que la educación es la base de la resiliencia. Como demuestra el ejemplo de Uruguay, prepararse para el mundo post-cuántico no es opcional: es urgente. El momento de actuar es ahora. 

Quantum in Latin AmericaSeguridad Cuántica y Criptografía

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