Imagina poder detectar una enfermedad antes incluso de que aparezcan los síntomas, sin agujas ni pruebas invasivas. Gracias a los sensores e imágenes cuánticas, esto está empezando a ser una posibilidad real. Con una resolución más alta que nunca, el diagnóstico precoz se vuelve más rápido, más sencillo y menos agresivo para los pacientes.